De mi corazón, amiga, eres
tan querida, aún hoy
que he cambiado lentamente y al pensarte,
no he regresado de esos días tan
tranquilos
nuestros silencios, calma, y la risa desbordante.
Sé de los caminos que han de hacernos lejanos,
y nada de las rutas que volverían a
cruzarnos,
nada sobre qué andar habría de encontrarnos,
y aún guardo el dolor de cuando nos
dejamos.
Querida amiga, los días se me han vuelto
extraños
mientras amo ver la luna a la distancia,
me duele,
desde que no has vuelto, cuando no me encuentro,
desde que no he vuelto, cuando no te
encuentro.
Te recuerdo siempre, cada momento tuyo
y continúo amando las palabras que
dejamos,
mas dejaré que el viento me lleve por sus
rutas,
y ya no volveré, no volveré, si no me
llamas.