sábado, 28 de abril de 2012

...venía caminando...


Mi organismo no parece tener intención de mejorar del todo, al parecer voy a terminar perdiendo otra de las cosas que he llegado a amar.

Hace  8 meses intenté desafiar al destino y fracasé asquerosamente, y aunque terminé en el suelo no demoré más de un par de días en seguir caminando, en definitiva mi cuerpo asumió la situación de la forma más dura... no sé a quién debería odiar además de a mí mismo, como en esos días en que apoyaba mi cabeza en el hierro y la lluvia mojaba hasta mi garganta...

...antítesis...



¿Por qué debería confiar en algo que ha fallado una y otra vez?, en algunos casos, en sencillo, si al cruzar un puente este se va abajo junto a todos quienes lo transitan, la evidencia nos impedirá, por dementes que estemos, caminar sobre él, puesto que simplemente no existirá, habrá muerto. Sin embargo, ¿Tiene alguien opción más que vivir en su mismo hogar, aunque este filtre por su cielo desgarrado el agua y el frío en los tiempos de crudeza?, quien pueda decir que sí, profundamente bendito es, principalmente, de tiempo.

Ahora bien, respecto a lo mismo,  más allá de las personas puntuales, cuya falla y fracaso debiesen implicar una determinación rigurosa y muchas veces difícil de aplicar, ¿Qué pasa respecto al ser humano?, ¿Por qué debiese confiar una y otra vez en él, por más que me falle, por más que parte de mi instinto empiece a decir “déjalo ya”?.

Nacer con la necesidad de encontrar tu espacio en el mundo, y buscarlo junto a las personas, crecer convenciéndose de que no existe, creer encontrarlo, verlo derrumbarse junto a la “humanidad” de sus miembros, convencerse de que el propio lugar y hogar es uno mismo, y al final, descartar todo… llegando a pensar incluso “Ordena y apaga todo, nos vamos”.

Sin embargo, así como es totalmente impropio de una persona sensata insistir sobre lo que definitivamente fracasará, comportarse socialmente asociando el concepto de “humanos” a cada persona nueva, según lo vivido, casi de forma Pavloviana, parece igualmente estúpido. Lo único que esperaría es equivocarme con más frecuencia, a través de sorpresas positivas.

miércoles, 18 de abril de 2012

...un par de minutos...


Voy a despojarme de mi pensamiento de reir ante todo y ser positivo, por un par de minutos... no recuerdo haber sentido tantos dolores físicos, juntos y de este nivel de intensidad (tal vez sea comparable con cómo sentía mi cuerpo culpa de mi enfermedad desconocida, hace un par de meses atrás), por añadidura, es un momento en que mi cuerpo debiese funcionar mejor que nunca, y por la gran responsabilidad que tengo de mi estado, me siento el imbécil más grande del mundo, hecho que se acrecienta cuando mi angustia la alimento pensando en aquellos problemas de un pasado cercano, de los cuales, las personas responsables deben considerarme la menor prioridad.

domingo, 8 de abril de 2012

...un poco demasiado lejos...



En este mundo, donde las personas viven a ritmos tan lejanos al mío, en frecuencias que aborrezco tantas veces, yo aún busco mi hogar, apenas comprendiendo lo que esto implica, cada vez que la soledad y el extravío me sofocan tan agresivamente, cada vez que mi cuerpo duele así, siento el deseo de atrapar a mi propio destino y destrozar su cuello, esperando que se ahogue boca abajo, respirando su propia sangre…

"...observé, el camino aún era el mismo, y la luna aún estaba ahí,  permanecieron las melodías de mi infancia, aún cuando hace años me despedí de ella,  la danza de sus cabelleras trenzadas en broches de flor sigue tras mis ojos, recordando aquella hermosa cadencia, y hoy ha dado un paso más, y todo es un poco más lejano. Nuevamente, perdí algo que amaba, y apenas puedo detenerme, es más, el viento me congela y mi abrigo aferro pretendiendo proteger lo que ahora soy, aún cuando no me reconozco, aún cuando me soy un extraño y no deseo mi propia compañía... entonces, la silueta de lo más amado invadió mis sueños, llorando, me aferré a ella demencialmente, como el ente que ha perdido su destino, abandonando en lo total mi propio tino, despreciando a mi propia y magullada mente. "