La soledad va apareciendo de a poco como una
inundación lenta, primero, no notas nada bajo tus pies, de pronto, salpicas un
poco para todos lados al caminar y no le das importancia, luego, te empiezas a
sentir ahogado y moverse se hace complicado.
El sentirse solo comienza cuando estando con
quienes siempre te has sentido tranquilo, relajado y libre de ser tu mismo, ya
no es así, y crees que debes comportarse dentro de ciertos límites, al punto de
llegar a sentirte fuera de lugar, y luego sientes la necesidad de aislarte.
Uno se siente irremediablemente solo cuando una
persona profundamente cercana decide distanciarse de la misma manera que
decidió alguna vez acercarse, es como si alguien entrara en tu vida simplemente
para salir, como si la diferencia entre hablar cinco minutos respecto a dos
horas no importara, y como si los días que pensaste que eran irreemplazables no
fueran tan importantes. No importa cuánto quiera a una persona, ese es el
momento en que me pierdo completamente.
Sin embargo, la soledad se consolida cuando
aquellas cosas que estás sintiendo y todo lo que es importante para ti no
puedes comunicarlo a los demás, y por sobre todo, a quienes forman parte de lo
que consideras importante, ese dolor es profundo y demora demasiado tiempo en
irse, si acaso llega a irse.
Cuando no puedes decirle a nadie lo que realmente
sientes, o cuando sientes que no vas a poder hacerlo de una manera que no
afecte ni genere conflicto en nadie… es entonces cuando sientes que estás
completamente solo en este mundo.
¿Se puede salir de ahí? No lo sé, pero lo voy a intentar.