lunes, 17 de junio de 2019

Ven


Si tuviera que alejar mi vida de esos días, nada tendría sentido, si tuviese que confesar un solo sentimiento de aquel entonces es que aún sigo buscando las cosas hermosas de la vida, y este mundo, que ha sido generoso conmigo en muchos sentidos, y al final del día, el anhelo de mostrártelas y hacerte sonreír con la misma sonrisa que nos delató cuando nos conocimos.

Me pregunto si los paisajes de infancia eran tan verdes, amplios y pacíficos como mi memoria los recuerda, y me pregunto si los momentos a tu lado eran tan coloridos, estrechos y calmos como mi memoria los reproduce, porque nunca soñé tanto como con llevarte a aquellos escenarios, y hacer de mis dos vidas de ensueño una sola y alcanzar a tocar la plenitud con mis propias manos, y abrazarla en tus hombros.

Si por una casualidad, por la mínima casualidad, fuese posible que hiciéramos eso, ¿Me acompañarías?, hay un mundo gigante allá afuera y tengo un deseo irrefrenable de mostrártelo, no he esperado nunca que la vida cumpla alguno de mis sueños, pero ahora quisiera toda su ayuda para conseguirlo.

Quisiera salvar este sentimiento, ¿Es posible?, sé que la vida siempre ha sido dejar ir y seguir, pero tu apenas estabas llegando, y a la vez, parecía que llevabas toda la vida aquí a mi lado, y entonces ya me decías que tocaba decir adiós.

Quiero pedir un deseo, solo un deseo, y es que caminemos juntos este camino de la vida, que de ser tan hermoso, también se me hace extremadamente largo.

Ven. 

lunes, 3 de junio de 2019

Casi puedo sentirte...


- Oye, espera, ¿Ya te vas?, no me dejes atrás
- Yo nunca lo haría
- Quédate conmigo, tienes que estar conmigo
- Y lo haría... lo haría cada día de nuestras vidas
- ¿Lo harías?
- Lo haría, si acaso fuese lo que realmente quieres

Ella era una idea II


Ella apareció como una idea desde la cual surgieron los más inesperados pensamientos, entregándome apreciaciones completamente nuevas sobre mi existencia.

Cada vez que la abrazaba, adquiría un poco de lo que se suele llamar esperanza o ilusión, cosa que había desconocido durante casi toda mi vida, si podía apoyarme en sus hombros, el mundo parecía igual que siempre, pero calmo y amable como nunca había llegado a sentirlo. Esa luz se quedaba conmigo por varios días, pues no alcanzaba a apagarse al saber que volvería a verla, lo que finalmente ocurría, y aunque mi intelecto había construido mil y un veces aquellos encuentros, terminaba entendiendo que me enfrentaba a algo mucho más grande que emociones libres.

Ella era una idea completamente distinta a cualquier apreciación de infancia, y sin embargo, tocaba esa inocencia y la hacía parte de sí misma, por eso no podía renunciar a ella, porque había capturado lo último que quedaba de mi niñez, no podía dejar de pensar en ella, y en cómo se había apropiado de una parte tan valiosa de mi vida, mi completa vida. Por eso anhelaba tanto entenderla, explorarla una y mil veces, y conocer cada una de mis reacciones a aquellos viajes, lo que siempre terminaba en momentos de belleza inconmensurable.

Por tal razón su renuncia fue casi un sacrificio de mi propia persona, no se puede abandonar una idea que ha sido una compañía durante tanto tiempo, y suponer que este se irá sin llevarse parte de nosotros.

Luego de eso no me quedó nada, nada de lo que creía haber llegado a entender, porque esa idea, la idea que ella era, fue el cierre de una cadena de visiones, aspiraciones, ideales, pensamientos y conceptos con los que había enriquecido mi visión del mundo, pero esa cadena debió ser cortada, alcanzando en su rotura a cada uno de sus eslabones, y entonces hubo toda una conceptualización en la que dejé de pensar, simplemente porque lo dejé de creer.


Nunca había tenido tantos deseos de volver a creer en una idea, de volver a creer en algo, en alguien... ella era una idea, y a veces quisiera volver a creer en ella.

Hebetem

No se ha terminado, ¿Cierto?, aún no acaba, ¿No es así?, digo, ¿De qué manera acabaría aquello que nunca había realmente comenzado?, si lo pienso así, no tiene sentido esta sensación de pérdida y extravío que me ha inundado desde aquella conversación última.

Como un eco constante, resuenan en mi memoria algunas pocas palabras que dijiste, una gran cantidad de frases que llegué a decir, y un conjunto enorme de ideas que nunca llegué a transmitir, esto se ha ido apagando adentro mío, y me ha impedido el sueño y la calma, y el anhelo de llegar a tener ambas cosas nuevamente hoy no es más que una quimera.

Me he muerto cada noche en la cual me he despertado sin encontrar algún rastro de tu existencia, y me ha capturado el vacío y la entereza con la que he enfrentado cada pérdida de mi vida, iniciando cada día sin encontrar un rastro de afección desde el cual pueda aferrarme a idea alguna, es como si, de alguna manera, mi corazón hubiese decidido pasar por alto todo y seguir funcionando sin más, ahora, todo parece como un sueño, como algo que siempre fue intangible e imposible de perpetuar una vez hubiese despertado.

Así me siento hoy en día, ha sido una muerte lenta por apatía, y un renacer entumecido motivado solo por la dimensión de mi persona.