Si tuviera que alejar mi vida de
esos días, nada tendría sentido, si tuviese que confesar un solo sentimiento de
aquel entonces es que aún sigo buscando las cosas hermosas de la vida, y este
mundo, que ha sido generoso conmigo en muchos sentidos, y al final del día, el
anhelo de mostrártelas y hacerte sonreír con la misma sonrisa que nos delató
cuando nos conocimos.
Me pregunto si los paisajes de
infancia eran tan verdes, amplios y pacíficos como mi memoria los recuerda, y
me pregunto si los momentos a tu lado eran tan coloridos, estrechos y calmos
como mi memoria los reproduce, porque nunca soñé tanto como con llevarte a
aquellos escenarios, y hacer de mis dos vidas de ensueño una sola y alcanzar a
tocar la plenitud con mis propias manos, y abrazarla en tus hombros.
Si por una casualidad, por la
mínima casualidad, fuese posible que hiciéramos eso, ¿Me acompañarías?, hay un
mundo gigante allá afuera y tengo un deseo irrefrenable de mostrártelo, no he
esperado nunca que la vida cumpla alguno de mis sueños, pero ahora quisiera
toda su ayuda para conseguirlo.
Quisiera salvar este sentimiento,
¿Es posible?, sé que la vida siempre ha sido dejar ir y seguir, pero tu apenas
estabas llegando, y a la vez, parecía que llevabas toda la vida aquí a mi lado,
y entonces ya me decías que tocaba decir adiós.
Quiero pedir un deseo, solo un
deseo, y es que caminemos juntos este camino de la vida, que de ser tan
hermoso, también se me hace extremadamente largo.
Ven.