miércoles, 16 de marzo de 2016

Voces de una estrella distante


"...quiero abrazarla, pero es que ella no está aquí, ella simplemente no vive en el mundo que conozco, está muy muy lejos, incluso de todo lo que apenas veo, y esta vida se siente tan solitaria como gotas de lluvia que caen sobre hojas danzantes, en la brisa de un bosque perfectamente silencioso..."

Quod

Cuando caminas y haces del mundo tu vía,
con tu sonrisa infantil, con tu fuerza adulta,
tanto que vas decidida y llena de alegría
mujer hermosa te vuelves como ninguna.

Cuando actúas por ti misma en tantas veces, 
que defiendes lo que crees como cierto
o en la humildad de tus errores vas y creces
haciendo de tu vida en sí un acierto.

Por la valentía que tienes de escucharte
cuando se agita tu pecho y luego sientes,
se vuelve tu mirada, tus manos, una caricia
para este hombre anhelante de un ser honesto.

Latet

 

Tras unos ojos, un alma, todo un mundo reina,
como reina en mí de tomar tus besos el deseo,
que ofrezco en mi mirar por ello mi mundo,
mientras me quitas los ojos por escarceo.

Tan basto como el azul del cielo que antecede el otoño, es el mundo que se aloja en tus miradas, inexorablemente amplio, aparentemente inalcanzable y siempre siéndome desconocido más allá de su belleza, y mientras contemplaba lo  primero pensando en lo segundo, sentí tu manos sobre mis hombros.

Cuando me abrazas o te acercas a ello, siento la ansiedad del que se adentra en lo desconocido, y la calidez del que traspasa la alegría y toca la felicidad, por eso soy capaz de descansar mi cabeza sobre tu cuello y esperar que pase el tiempo, esperar  a que contemplemos lo mismo en el silencio, y sonriamos levemente ante una nueva presentación de la belleza.

Cuántas veces me he sentido perdido
de tomar tus hombros hacia los míos
para callar sus distancias entre mis labios,
y el silencio que al amor ha oído.

Absente


Tal vez a raíz de la complexión de tus muslos, puede ser por el color de la bufanda que te veía siempre, quizás por la intensidad que alcanzaba tu voz cuando el aire estaba húmedo, no lo sé, pero realmente amaba el invierno de esta ciudad, sé que eso significaba algo de tiempo para vernos, el frío que permitía nuestros abrazos, la reacción corporal de entrar a un lugar cálido, ese deseo -tan extraño en mí- de dormir de día y que se consumaba si acaso podía descansar sobre ti.

Sin embargo, el invierno de esta ciudad es realmente oscuro, golpea a mi carácter y lo aturde, ante ello, también me pregunto si significabas una especie única de luz para mí, claro está que cuanto más te adentraste en mi vida, más requerí de este invierno, y más me alejé del verano, hasta incluso dudar de disfrutarlo, es duro pero creo que tomé un camino lejano a una felicidad viable.

En esas heladas tardes de lluvia, cuando incluso yo necesitaba de una bufanda, las caminatas de vuelta a casa eran especialmente frías, te buscaba entre muchos rincones y en cada claro que pudiese, casi nunca te encontraba y sentía que me congelaba, y las veces que te vi, ya fuese que nos saludáramos, quedáramos o nunca me vieras, me dejabas un calor efímero en el fondo del pecho, solo para acusar el contraste de no verte.

No entiendo  cómo llegué a pasar el día a día y sobrevivirlo, si acaso realmente algún rasgo de mi yo de ese entonces se conserva, eso tampoco lo sé, a decir verdad, las certezas que me quedaron de ti las obtuve pronto al conocerte, y de ahí en adelante, dejaste tantas preguntas en mi mundo, que nunca imaginé que hubiese tantas formas de preguntar algo para responderse lo mismo, como la infinidad de ángulos que rodean un punto.

No podría siquiera sentir nostalgia sin que fuese un sinsentido, ¿Cómo se puede extrañar lo que jamás se tuvo?, en ese entonces y por ti misma anhelaba una época jamás vivida, donde nos era posible caminar juntos o mirar el cielo. Fue tan bello aquello que nunca tuve, y tan amado el deseo del que cesé.

martes, 8 de marzo de 2016

Alium


Cuántos pasos más cancelaré en la duda
de la pregunta no hecha antes de la noche
por la respuesta no oída antes del día
¿Por qué el día me amanece tan ruidoso?
¿Por qué me toma la noche ahogada en su silencio?
¿Dónde está la luz que llama a mis ser?
¿Dónde está la voz que apaga el dolor?
¿Dónde estoy, qué este cielo y qué es
este suelo frío en su gris?
No soy, no fui nada de lo que esperaban ellos
ni soy, ni seré nada de lo que yo no espero
simplemente estoy aquí descubriendo
el qué y el por qué nunca fui un simple humano.

Marca



Se entiende la  existencia en varios planos, desde el físico hasta el espiritual, se cruzan  los caminos de los pensamientos y los recuerdos. Cuando se conoce a alguien se entra en contacto con todo ello, y ante lo voluble de lo inconsciente, se hace realmente difícil lograr ser justamente el mismo ente en el despertar de cada uno de nuestros días, luego se hace necesario conocer a una persona muchas veces, en muchos días, para realmente entender frente a quien estamos.

El ser humano es una criatura temporal, y si entre esos cuantiosos trazos de acontecimientos surgen manchas indisolubles, él o su temporalidad perecen, como lo hace cualquier criatura cuyo ambiente es contaminado hasta la extenuación ecosistémica. No podemos desoír la necesidad del alma de buscarse, nuestros ojos menos tangibles necesitan encontrarse a sí mismos, en algún punto necesitan reforzar su existencia para seguir viendo.

Bien podrías pedirme que protegiera lo que llevo en mi pecho como lo más valioso del mundo, y te respondería que no buscaría el sufrimiento de intentar más de lo posible, cierto es que lo valoro por sobre todas las cosas, pero no tienes idea de cuántos corazones he tenido en mi pecho antes de este, de cuántos he tenido que dejar atrás, entonces, a menos que realmente busques conocerme, ignorarás todo mi camino andado, y con ello, hablarías de valorar algo que realmente no conoces, y me llevarías nuevamente a ese camino en el que ando cuando toco a la desinteligencia.

Tras de mí permanezco yo
en cuanto a lo que antes fui
y frente a mí está mi sombra
proyectada por la fuerza del sol
que quema y seca en sí todo
aún las lágrimas se van, también
sin sol no hay luz y sin luz
no tengo noción de lo que soy
por luz está el calor que seca cada cosa
entonces, si será perecedera
¿Por qué habría de derramar una lágrima?
esto es así, no hay razón para llorar
cosa alguna.

Studium


Al principio, el amor suele manifestarse en la espontánea preocupación por el otro, surge como un susurro la pregunta por el bienestar de esa persona, y quedamos a la espera de aquella respuesta, que si es alegre queremos oírla siempre, y si es triste queremos ayudar a reescribirla.

Entonces, si acaso aquel sentimiento es entendido, es entregado libremente del uno al otro, pues quien da es habitualmente el que más ama, y si se cruzan los caminos y se invierten, se trenzarán esos destinos sin dudarlo, y soñarán la historia conjunta de cuidarse, se tomarán las manos para no perderse.

Pero preocuparse con alguien lleva al deseo de querer protegerle, y proteger a alguien implica el conocimiento profundo de esa persona, y nace el interés de acompañarle siempre, es como es creado.