La vez que le vi para el adiós, siendo
ella todo lo que había alcanzado en ese momento, tuve la extraña sensación de
que no volvería a querer y mucho menos amar a alguien así durante muchísimo
tiempo, y que aun conociendo a la persona indicada, pasaría mucho tiempo sin
que eso pasara… idea que casi descarté, bajo la observación que terceros
hicieron, idea que confirmé conociendo nuevas personas, y que ahora misma está
en entredicho.
Hace poco, me había preguntado
cómo sería sentir que quieres a alguien de la nada, sin ningún motivo aparente,
y sencillamente porque la otra persona estuvo frente a ti para mirarte a los
ojos desinteresadamente, hace menos aún, tuve una especie de respuesta a eso, y
recordé por qué cuando pude liberarme de querer así a alguien que no me
correspondía me sentí aliviado, ahora que estoy justo con un pie en cada
situación, creo que tomaré un tercer camino, lo bueno es que todavía estoy vivo, todavía puedo vibrar junto a mi corazón y lo que este llegue a sentir.
Una de las cosas más hermosas de ser niño es disfrutar de esos momentos felices
sin saber realmente qué nos está pasando.