Hay una razón detrás de todos estos recuerdos, y de su nombre
y es que el mundo jamás volvió a ser capaz de presentarme
en sus caminos y vueltas, ni en cada uno de sus soles nuevos,
una voz que fuese mi propia paz, como lo fue la tuya.
La razón por la que quería tomar tus manos, o hundirme en tu cabello,
parece clara ahora, aunque en
esos días no sonriese con solo verte,
nadie tiene claro por qué, pero el corazón a veces salta sin aviso,
y el mío lo hacía incluso tiempo después de encontrarte.
Creo que este mundo ha perdido su aroma, que era también el tuyo,
siendo mi versión del mismo, se ha dispersado en tu ausencia,
y luego solo tengo el anhelo de volver a encontrarte,
y atrapar esos colores que se me perdieron ya sin verte.
No lo sé, ¿Cuántas veces ha encendido el mundo sus luces desde ayer?,
el cielo va como girando, con sus nubes, sin dejarme ver todos sus
tonos,
que estaban entre las palabras que nunca te dije, atrapadas en mis
labios,
y mi corazón, que no ha vuelto a ser colmado, pendiendo aún a tu
nombre.